Esta mañana temprano, al
despertar, había una serenidad que hacía que todo tuviese sentido. Durante todo
el día, esa serenidad ha permanecido. La nieve ha hecho nuevamente acto de presencia y la ascensión por los caminos todavía
vírgenes de pisadas ha sido algo mágico. Uno mira las huellas que va dejando y
lo que queda por delante y toma consciencia una vez más de que el sendero no es
la montaña pero es parte de la misma. Hay en todo esto una urgencia, un clamor
y una belleza extraordinaria. Cuestionarse
todo lo que acontece es el principio de la transformación...
Estar libres
internamente requiere una atención y una sabiduría asombrosas; y pocos son los
que ven la importancia de esto. La comprensión de nosotros mismos, por dolorosa
o transitoriamente agradable que sea, es el principio de la sabiduría. La
sabiduría es algo que ha de ser descubierto por cada uno, llega con la humildad
y esta humildad se presenta cuando uno se conoce a sí mismo como realmente es.
No dejes que los demás piensen por ti y hagan de tu Vida
algo dependiente y limitado. Tomate los libros, los conocimientos y las
experiencias de otras personas como algo a descubrir e investigar. Si repites lo que dice un libro sin llegar
a cuestionar lo que dice llegara un momento que harás del mismo una creencia.
Si repites lo que han experimentado otras personas sin investigar realmente sin
son ciertas, podrás organizar una nueva religión y harás de tu vida algo pobre
y limitado.
No dejes que
los demás decidan por ti y hagan de tu Vivir un espacio vacío de contenido. Atrévete
a dejar tus propias huellas en el sendero de tu Vida y mira las huellas de los demás
como una referencia más a cuestionar. La
Atención a todo cuanto es y a todo cuanto ocurre es el principio de la verdadera
libertad y de la propia Sabiduría. Ver el conflicto, dentro y fuera de
nosotros mismos es poner fin al deterioro y ver este hecho trae claridad e
inteligencia.
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