viernes, enero 24, 2014

LA FLOR DE LA HONESTIDAD

Se cuenta que allá por el año 250 a.C., en la China antigua, un príncipe de la región tenía que escoger esposa para ser coronado emperador. Invito a todas las muchachas casaderas de la región y les propuso la siguiente prueba:
- “Daré a cada una de ustedes una semilla. Aquella que traiga la flor más bella dentro de seis meses será escogida por mí como esposa y futura emperatriz de China.”
El día señalado todas las pretendientes se presentaron con una flor…cada una más bella que la otra, de las más variadas formas y colores. Todas…salvo una muchacha que se presento con su maceta vacía…había cuidado con mucha paciencia y ternura su semilla, pero no había surgido ninguna flor.
El príncipe observó a cada una de las pretendientes y después de estar con todas, anunció que escogía a la muchacha que se había presentado con la maceta vacía. Todos los presentes, incluidas las pretendientes se asombraron de la decisión…entonces el príncipe explico:
- “Esta ha sido la única persona que ha cultivado la flor que le permite ser digna de convertirse en emperatriz: LA FLOR DE LA HONESTIDAD. Todas las semillas que entregué eran estériles.”
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Este cuento resume de una forma muy gráfica y didáctica las reflexiones y comentarios compartidos con varios amigos y compañeros durante las últimas semanas. El mismo nos invita a reflexionar sobre la necesidad de ser honestos en nuestras vidas. Uno puede ser sincero con respecto a un ideal, un principio, un dogma y/o una creencia arraigada. Pero esta sinceridad pienso que engendra conflicto, y donde hay conflicto no puede haber honestidad. De modo que las preguntas que surgen son: ¿Soy honesto conmigo mismo? ¿Soy honesto con los demás?
Ser Honesto implica respeto a la verdad en relación con uno mismo, con el mundo, con los hechos y con las personas. Los ideales, los principios, los dogmas y las creencias son como las semillas que cultivamos en nuestra mente para presentarnos ante los demás como personas entendidas, realizadas y/o iluminadas. Lo normal es que “este cultivo mental” de ideales y creencias nos introducen en senderos donde el espejismo y la ilusión son los compañeros habituales.
Si uno es honesto consigo mismo, es honesto con los demás, y hablara y compartirá con los demás aquello que realmente sabe y/o aquello que realmente ha descubierto. Estamos acostumbrados a leer y estudiar libros de todo tipo, pero se nos olvida estudiar e investigar en el libro mas importante…”Uno Mismo”. Estar atentos a lo que somos, a lo que ocurre a nuestro alrededor y/o en nuestra relación con los demás es aprender…y aprender implica investigar. Ser conscientes de lo que somos determina lo que hacemos y lo que hacemos determina lo que tenemos. Sobre todo somos estudiantes de La Vida…como solemos decir…”Cuestionarse todo lo que acontece es el principio de la transformación”. Considero que el silencio de los ideales y de las creencias nos introduce en esa zona del Ser donde hay Libertad Espiritual, donde la honestidad florece y donde la mente, el yo, deja ser protagonista.

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