Se cuenta que allá por el
año 250 a.C., en la China antigua, un príncipe de la región tenía que escoger
esposa para ser coronado emperador. Invito a todas las muchachas casaderas de
la región y les propuso la siguiente prueba:
- “Daré a cada una de ustedes
una semilla. Aquella que traiga la flor más bella dentro de seis meses será
escogida por mí como esposa y futura emperatriz de China.”
El día señalado todas las
pretendientes se presentaron con una flor…cada una más bella que la otra, de
las más variadas formas y colores. Todas…salvo una muchacha que se presento con
su maceta vacía…había cuidado con mucha paciencia y ternura su semilla, pero no
había surgido ninguna flor.
El príncipe observó a cada
una de las pretendientes y después de estar con todas, anunció que escogía a la
muchacha que se había presentado con la maceta vacía. Todos los presentes,
incluidas las pretendientes se asombraron de la decisión…entonces el príncipe
explico:
- “Esta ha sido la única persona que ha cultivado la flor que le permite ser digna
de convertirse en emperatriz: LA FLOR DE LA HONESTIDAD. Todas las semillas que
entregué eran estériles.”
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Este
cuento resume de una forma muy gráfica y didáctica las reflexiones y comentarios compartidos con varios amigos y compañeros durante las últimas
semanas. El mismo nos invita a reflexionar sobre la necesidad de ser honestos
en nuestras vidas. Uno puede ser sincero con respecto a un ideal, un principio,
un dogma y/o una creencia arraigada. Pero esta sinceridad pienso que engendra
conflicto, y donde hay conflicto no puede haber honestidad. De modo que las
preguntas que surgen son: ¿Soy honesto conmigo mismo? ¿Soy honesto con los demás?
Ser
Honesto implica respeto a la verdad en relación con uno mismo, con el mundo,
con los hechos y con las personas. Los ideales, los principios, los dogmas y
las creencias son como las semillas que cultivamos en nuestra mente para presentarnos ante los demás como personas entendidas, realizadas y/o iluminadas. Lo normal
es que “este cultivo mental” de ideales y creencias nos introducen en senderos
donde el espejismo y la ilusión son los compañeros habituales.
Si uno es honesto consigo mismo, es honesto con los demás,
y hablara y compartirá con los demás aquello que realmente sabe y/o aquello que
realmente ha descubierto. Estamos acostumbrados a leer y estudiar libros de
todo tipo, pero se nos olvida estudiar e investigar en el libro mas importante…”Uno
Mismo”. Estar atentos a lo que somos, a lo que ocurre a nuestro alrededor y/o
en nuestra relación con los demás es aprender…y aprender implica investigar. Ser
conscientes de lo que somos determina lo que hacemos y lo que hacemos determina
lo que tenemos. Sobre todo somos estudiantes de La Vida…como solemos decir…”Cuestionarse todo lo que acontece es el
principio de la transformación”. Considero que el silencio de los ideales y
de las creencias nos introduce en esa zona del Ser donde hay Libertad
Espiritual, donde la honestidad florece y donde la mente, el yo, deja ser protagonista.
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