EL SANTUARIO NATURAL DE LA ORACIÓN

Estos días hemos disfrutado de la Naturaleza en unos de los sitios más bellos de los Pirineos. Una vez más hemos comprobado como una sencilla flor al pie de las majestuosas montañas nevadas participa activamente de los sonidos creadores de La Naturaleza. Este viaje interno a la naturaleza de nosotros mismos nos ha permitido comprender un poco más el poder de La Verdadera Oración.

Como todos los problemas humanos profundos, la oración es un asunto cuya integridad no puede ser tratada a la ligera ya que requiere paciencia, investigación cuidadosa y sobre todo tolerancia y humildad. Sin comprenderse a sí mismo, aquel que reza puede, por obra de su misma oración, verse conducido al autoengaño. La Verdadera oración nos invita a sumergirnos en esa Corriente de Vida donde estamos inmersos y tenemos nuestro Ser. No se trata de dirigirse a cualquier fuerza exterior a nosotros como si fuese un seguro de vida o de “un salvavidas suplicante”…sino de hacer actuar ciertos principios según los cuales La Vida se organiza.

El Centro energético del corazón constituye una inteligencia de pleno derecho y es el verdadero motor de toda oración sincera. El tren de ondas que emite viene a asociarse con la conciencia cerebral y solamente gracias a la intervención del Corazón puede nacer una verdadera oración. Por supuesto que no estamos hablando de suplicas ni de peticiones ligadas a satisfacer “deseos materiales o espirituales”…sino de UN ESTADO QUE PERMITE QUE LA IDEA O LA PERCEPCIÓN DE LO DIVINO QUE HAY EN CADA UNO NOS HABITE EN TODO MOMENTO.